El 31
de enero de este año, la Corte Interamericana de Derechos Humanos anunció la
apertura de su 98 período ordinario de sesiones durante el cual se celebrarán
seis audiencias públicas sobre casos contenciosos y tres audiencias privadas
sobre supervisión de cumplimiento de sentencias. Asimismo, se estudiará la
posibilidad de emitir una sentencia y diversas resoluciones.
El
día 07 de febrero a las 9 de la mañana se celebrará la audiencia sobre el caso
Luna López Vs. Honduras, en la cual la Corte Interamericana escuchará la
declaración de una de las presuntas víctimas, de un testigo
propuesto por el Estado, y de un testigo
y un perito propuestos por los representantes de las presuntas víctimas. Asimismo, el
máximo tribunal regional escuchará los alegatos finales orales de las partes,
así como las observaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Este
caso se refiere al asesinato del defensor ambientalista Carlos Luna López
ocurrido el 18 de mayo de 1998, quien fue herido de muerte a causa de los
disparos que le infirieron dos sujetos desconocidos cuando salía de una reunión
de la corporación municipal. Carlos Luna se desempeñaba como Regidor en la
municipalidad de Catacamas, cargo desde el cual denunció la tala ilegal del bosque
por parte de sectores que eran política y económicamente poderosos en Honduras.
Antes de su asesinato, Carlos Luna había recibido
y denunciado amenazas a muerte, las cuales eran de conocimiento del Estado de
Honduras; sin embargo, las autoridades no tomaron ninguna medida de prevención
y protección para evitar su muerte. Hasta la fecha, sólo ha sido condenado uno
de los autores materiales del asesinato y a pesar de existir indicios sobre
otros autores materiales y los autores intelectuales, nadie más ha sido
sancionado.
Al
igual que el asesinato de Jeannette Kawas, Carlos Escaleras y otros
ambientalistas, el
asesinato de Carlos Luna ocurrió en un contexto de riesgo e impunidad para los
defensores del ambiente en Honduras, el cual se ha profundizado en la
actualidad con la entrega de los bienes naturales por parte de una clase
política corrupta que sigue dándole la espalda a los intereses generales de la
sociedad.
Esta audiencia es fundamental como
memoria histórica para que, en primer lugar, las actuales y nuevas generaciones
encuentren en la figura de Carlos Luna los valores de la honestidad, compromiso
y valentía de cara a la defensa del medio ambiente; y en segundo lugar, para no
olvidar que su asesinato es producto de unas estructuras estatales que
promueven la impunidad y que deben ser depuradas o recreadas para hacer de
Honduras un lugar donde la vida digna sea el fin más importante de la sociedad
y el Estado.
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