jueves, 15 de agosto de 2013

¿Un pacto con lobos?



La semana pasada, la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos promovió la firma del llamado Gran Pacto Nacional por los Derechos Humanos, en virtud del cual todos los candidatos presidenciales de los partidos políticos deben comprometerse a respetar los derechos humanos en caso de ganar las elecciones generales.  
Esta iniciativa tiene el noble objetivo de lograr que los candidatos incorporen en sus planes de gobierno la Primera Política Pública y Plan Nacional de Acción en Derechos Humanos; no obstante, la primera cuestión negativa durante la firma de este pacto ha sido la ausencia de Juan Orlando Hernández del partido Nacional y de Mauricio Villeda del partido Liberal, quienes enviaron a sus respectivos designados presidenciales.
Su ausencia es sin duda una muestra clara de la poca importancia que ambos candidatos le dan al respeto de la dignidad humana, lo cual han demostrado con sus hechos con su apoyo al rompimiento del orden constitucional en el 2009 y con la adopción de medidas desde el poder gubernamental que afectan seriamente los derechos de la población.
Y la segunda cuestión negativa es la presencia del general golpista Romeo Vásquez Velásquez como candidato del partido Alianza Patriótica, quien en un acto de cinismo firmó dicho pacto como si con la estampa de su firma pueden borrarse los graves crímenes ordenados por él durante el golpe de Estado.
Sin duda alguna, la iniciativa de la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos es un acto necesario pero en un país sin institucionalidad y con altos niveles de impunidad y corrupción, creer que una simple firma va a comprometer a criminales sin escrúpulos puede considerarse un acto de ingenuidad que raya con la complicidad.
Por ello es fundamental traer a colación y hacer nuestras las palabras de Wilfredo Méndez, director ejecutivo del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos, quien era una de las personas que presidía la mesa principal: “Debo dejar constancia como una condena ética, frente a la incapacidad del sistema de justicia, nuestra decisión de no acompañar con nuestra firma el pacto del señor Romeo Vásquez Velásquez porque no es admisible para nosotros, avalar la palabra de un hombre que lo tenemos demandado como violador de los derechos humanos, criminal de lesa humanidad y así que todo político que se atreva a violar los derechos humanos de nuestro sagrado pueblo deba ser condenado sino por la justicia, entonces moral y éticamente por el pueblo”.

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