De acuerdo con el Observatorio de la
Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, la tasa de
homicidios en el año 2013 fue de 79 por cada 100 mil habitantes, cifras que siguen
colocando a nuestra nación como la más violenta del mundo.
No obstante, estas estadísticas
independientes han comenzado a incomodar a la Secretaría de Seguridad, a tal
punto que su titular, Arturo Corrales Álvarez, dice que dicha tasa ha bajado a 75.1
homicidios.
No obstante, la violencia en las calles
contradice totalmente el milagroso dato del ministro Corrales y tal como lo
señala Migdonia Ayestas, directora del Observatorio, al país no le conviene
esconder la realidad de criminalidad y muerte en que vivimos.
Como al ministro Corrales no le gusta que el
Observatorio de la Universidad lo contradiga y lo deje en evidencia, además de
ordenar que no se le brinde ninguna información a este ente académico, ahora ha
anunciado que creará su propio observatorio de hechos violentos que estará bajo
su mando.
Como quien maneja la información puede
moldear la realidad, es evidente que si ahora el ministro Corrales le niega
datos al Observatorio de la Violencia, con la creación de su propio
observatorio lo que pretende es tener cifras a su medida para bajarlas como por
arte de magia y obtener réditos políticos.
La sociedad hondureña en su conjunto debemos
defender la demostrada independencia y profesionalismo del Observatorio de la Violencia
de la universidad pública, y exigir transparencia a una cuestionada Secretaría
de Seguridad que no ha sido capaz de ni siquiera realizar una efectiva
depuración policial y que ahora pretende esconder unas estadísticas que
ocultadas o no, reflejan en la cotidianidad el fracaso total de una política de
seguridad que sólo produce muerte, estigmatización, criminalización y
corrupción.
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