Usted bien sabe que en
los últimos años sus gobiernos legislativo y ejecutivo han venido promoviendo
un proceso acelerado de concesiones masivas de bosque, subsuelo y ríos sin que las
comunidades sean consultadas previamente
acerca de su impacto en la vida y la salud de sus miembros.
Usted bien sabe
que esta situación está generando una serie de conflictos que terminan en
abusos a los derechos humanos, como amenazas, desplazamientos, atentados,
criminalización y asesinatos en contra defensores y defensoras ambientalistas.
El caso del asesinato de Berta Cáceres es un ejemplo reciente.
Usted bien sabe que uno
de los detonantes de estos conflictos es la falta de voluntad de su gobierno
para garantizar la participación ciudadana y respetar el derecho a un
procedimiento de consulta previa e informada de las comunidades.
Usted bien sabe que por
lo anterior, el Estado ha sido condenado por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en 4 ocasiones por violaciones a derechos humanos relacionados
con la defensa del medio ambiente.
Usted bien sabe que en
dos de los casos, las víctimas –Jeannette Kawas y Carlos Luna- fueron
asesinadas por su labor de defensoras ambientalistas y el Estado fue encontrado
responsable internacionalmente por no prevenir ni investigar diligentemente los
hechos.
Usted bien sabe que en
los otros dos, el Estado fue condenado por incumplir su obligación de adaptar las
leyes nacionales a los estándares internacionales, lo cual se ha traducido en
la violación declarada de los derechos a la consulta y a la propiedad del pueblo garífuna.
Usted bien sabe, señor
presidente, que si quiere poner un alto a esta tragedia ambiental y humana,
tiene la obligación de adoptar una normatividad y
práctica adecuada para efectuar un proceso adecuado y participativo que
garantice a las comunidades una consulta previa, libre, informada y de buena
fe.
Nosotros y nosotras sabemos, señor presidente, que
usted no tiene la voluntad política para detener esta grave situación pues su
arrogancia es tan inmensa como su ambición, y usted y sus esbirros se
benefician de la muerte y la miseria de la gente.
Pero en el fondo usted sabe
que tarde o temprano, su soberbia y autoritarismo se ahogarán en el mar de
indignación que provocan sus actos y omisiones deliberadas.
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