martes, 20 de julio de 2010

Lenta pero viene...

En estos tiempos de muerte e impunidad que flagelan al pueblo hondureño y que se siguen profundizando en gran parte porque las estructuras del golpe de Estado se mantienen intactas en el gobierno de Lobo Sosa, pareciera que la aplicación de la justicia es una utopía difícil de alcanzar.

Sin embargo, desde todos los rincones del planeta nos vienen noticias alentadoras que nos hacen exclamar, parafraseando a Benedetti: “lenta pero viene, la justicia se acerca despacio pero viene”.

En primer lugar, después de 15 años de la masacre de Srebenica en Bosnia, el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia condenó a varios jerarcas militares al encontrarlos responsables de la muerte de 8 mil jóvenes y hombres musulmanes bosnios en julio de 1995. Dos militares fueron condenados a cadena perpetua, un militar a 35 años de prisión y cuatro a penas de cárcel de 5 a 19 años.

Por estos mismos hechos, el ex presidente de Serbia, Radovan Karadzic fue detenido en el 2008 y también podría ser condenado a cadena perpetua; el entonces general Ratko Mladic se encuentra prófugo y ha sido acusado de genocidio; y el ex presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, murió de un infarto cardíaco en marzo de 2006, mientras era enjuiciado como responsable principal.

En segundo lugar, Francia juzgará a 17 chilenos, la mayoría militares, por la detención arbitraria, tortura y desaparición forzada en la década de 1970 de cuatro franceses y chilenos-franceses durante el gobierno del ex dictador Augusto Pinochet. Entre los acusados está el general Manuel Contreras, ex jefe de la policía secreta chilena.

En tercer lugar, la justicia colombiana condenó a 30 años de prisión al coronel retirado Luis Alfonso Plazas Vega como responsable del secuestro y la desaparición forzada de 11 personas en la retoma del palacio de justicia en 1985.

En cuarto lugar, el ex presidente de facto argentino Rafael Videla está enfrentando un nuevo juicio, junto a otras 30 personas, por crímenes de lesa humanidad cometidos durante su dictadura.

Estos pocos ejemplos nos ratifican que tarde o temprano la justicia llegará para las víctimas del golpe militar en Honduras y nos recuerdan que los crímenes cometidos por los golpistas hondureños no quedarán sin castigo.

Por eso, haciendo eco del día mundial de la justicia internacional celebrado el pasado 17 de julio, tenemos la esperanza de que aunque el sistema judicial hondureño no quiera castigar a los violadores de los derechos humanos, “la justicia se acerca despacio pero viene”.

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