Una
delegación de académicos, activistas de derechos humanos y derechos
laborales, ciudadanos de Estados Unidos y Canadá, varios con amplio
conocimiento sobre Honduras, organizados por las
organizaciones de derechos humanos de Estados Unidos y Canadá Rights
Action y Alliance for Global Justice, visitaron la comunidad de Ahuás en
el departamento de Gracias a Dios en la región conocida como la Moskitia al este de Honduras del 22 al 23 de Mayo del 2012.
El
11 de Mayo del 2012, cuatro helicópteros llevaron a cabo una aparente
interdicción de drogas cerca de la aldea de Ahuás. Al menos uno de los
helicópteros abrieron fuego contra un bote de pasajeros matando a dos
mujeres embarazadas, un joven de 14 años y a un hombre de 21 años, e
hirieron gravemente por lo menos a otros cuatro. El objetivo de la visita fue investigar sobre esta tragedia.
De acuerdo a los reportes de la prensa, el Departamento de Estado
de Estados Unidos reconoce que los helicópteros participantes fueron
titulados al Departamento de Estado pero que fueron piloteados por militares guatemaltecos y contratistas. La DEA confirma que un Equipo de Apoyo Consultivo Enviado al Extranjero de la DEA (FAST, por sus
siglas en inglés) participó en la operación apoyando a un Equipo de
Respuesta Táctica de la Policía Nacional, mientras que el Comando Sur
alega que ningún personal del ejército de los Estados Unidos o contratistas participaron en la acción.
Nuestra
delegación entrevistó a los representantes de la comunidad local,
sobrevivientes heridos, familiares y testigos en la escena así como a un
oficial del ejército de Honduras.
Basándonos en nuestra investigación, fuimos capaces de confirmar que:
1.
Luego de la masacre los helicópteros aterrizaron para incautar
drogas de un bote cerca del sitio de la masacre. Todos los que salieron
de cada helicóptero fueron identificados como hombres angloparlantes,
altos, de piel clara con poca habilidad en español, vistiendo uniformes
militares, que parecían ser personal militar de los Estados Unidos.
Éstos llevaron a cabo todas las acciones en tierra, aparentemente
teniendo un rol mucho mayor que de apoyo en la operación.
2. Estas fuerzas de seguridad identificadas como Estadounidenses apuntaron sus armas, amenazaron con
asesinar y esposaron a residentes locales que intentaban asistir a los
heridos en la masacre durante aproximadamente 2 o 3 horas, mientras el
personal militar recuperaba las drogas, forzando a punta de arma a un
familiar de una de las víctimas para transportar las drogas de un
bote hasta los helicópteros. De esta manera las fuerzas de seguridad
impidieron la atención médica de emergencia a las víctimas que
permanecían en el margen del río y en el agua hasta que los helicópteros
se retiraron. Una víctima herida sangraba mientras se aferraba a las
plantas del río por más o menos tres horas antes de ser asistida.
3. Todos los testigos declararon de forma independiente que los disparos provenían de arriba desde un helicóptero.
4.
Ni el gobierno de Estados Unidos ni el de Honduras han entrevistado
a los testigos oculares o recopilado evidencia en la escena del crimen
lo que indica que no se están conduciendo investigaciones serias sobre la masacre que fue llevada a cabo por uno de los helicópteros propiedad de Estados Unidos con la participación de Fuerzas de Seguridad de Estados Unidos.
5. Desde la masacre, Ahuas ha sido ocupada por
varias docenas de tropas hondureñas que patrullan las calles de tierra y
declaran que permanecerán allí mientras sea necesario. Hemos recibido
reporte de que la presencia militar de Estados Unidos en la comunidad
cercana de Ahuas incrementa, un centro de operaciones militares ha sido
establecido en la comunidad cercana de Brus Laguna así como una base
militar estadounidense militar en Caratasca, aproximadamente a una hora
en bote desde Ahuas.
Nuesta visita a la región de la Moskitia en Gracias a Dios ha levantado un gran número de preocupaciones.
1. Estamos extremadamente preocupados por la
falta de una investigación fidedigna. El gobierno de los Estados Unidos
niega categóricamente la posibilidad de que sus fuerzas de seguridad
estuvieron involucradas en los asesinatos, o que los Estados Unidos
comparten la responsabilidad. En su lugar, el Departamento de Estado
alega que está “cooperando” con las investigaciones hondureñas y envía
todas las investigaciones a los oficiales del gobierno de Honduras; a
pesar del hecho de que la Fiscalía General de la República, la Policía
Nacional y el ejército son reconocidos ampliamente como corruptos.
2. Estamos profundamente preocupados por la
militarización que observamos. El ejército de los Estados Unidos y las
fuerzas de seguridad civil en Honduras están aplicando tácticas de
contrainsurgencia para combatir el tráfico de drogas y militarizando las
regiones donde hay valiosos recursos naturales. Por
lo tanto, hoy estamos presenciando el resurgimiento de los escuadrones
de la muerte y la re-militarización de Centroamérica tal y como sucedió
en los `80s. Estamos alarmados por los reportes de prensa sobre la reciente transferencia de tácticas de contrainsurgencia
y personal de Iraq y Afganistán a Centroamérica. Mediante la
caracterización de la población general y las autoridades locales como
traficantes de drogas, las comunidades indígenas se han convertido en el enfoque de las acciones contrainsurgencia.
3.
Muchas personas con las que hablaron, incluyendo representantes de
varias organizaciones indígenas, están profundamente preocupadas porque la militarización y violencia generada por la “guerra contra las drogas” crea un impacto negativo en sus comunidades y porque se enfoca en lugares donde hay recursos naturales importantes,
ríos con potencial hidroeléctrico, petróleo y bosques. La compañía
tejana Texas Oil and Gas Company, una empresa conjunta con concesiones
en la Moskitia, estima que hay de seis a ocho millones de barriles en
reservas de petróleo en la Moskitia.
4.
Nuestro grupo está indignado al ver que este es el papel que
nuestro gobierno juega y cómo nuestros impuestos están siendo
utilizados. Nos preguntamos qué hace nuestro país trayendo modelos de
contrainsurgencia a un país donde el respaldo estadounidense a acciones
cubiertas de contrainsurgencia ha causado tanto sufrimiento en el
pasado.
5.
Lo que vimos en la Moskitia fue pobreza extrema y una atmósfera de
terror siendo generada en el área donde la población indígena ahora está
perdiendo el control de sus recursos, que son clave para el desarrollo de su economía.
Ante lo que observamos en nuestra visita y las preocupaciones provocadas, demandamos:
1. Que el Congreso
de los Estados Unidos investigue y mantenga audiencias sobre el papel
de los Estados Unidos en los eventos del 11 de Mayo del 2012 en la
Moskitia.
2.
Que investigaciones serias e independientes tomen lugar explorando el
rol y responsabilidad de los agentes del gobierno de los Estados Unidos
en la masacre del 11 de Mayo en Ahuas, ya sean agentes de la DEA,
contratistas de seguridad privada bajo la dirección o contratados por
agencias del gobierno de los Estados Unidos u otras fuerzas de
seguridad. Esta investigación debe incluir la identificación de la
responsabilidad criminal de individuos específicos.
3.
Que los derechos y decisiones de las comunidades indígenas y
movimientos populares serán respetados en lugar de ser tratados como
traficantes de drogas e insurgentes, obviando completamente sus derechos
humanos fundamentales.
4.
Que el gobierno de los Estados Unidos se pronuncie públicamente contra
la presencia de individuos con involucramiento ampliamente reconocido en
el tráfico de drogas y escuadrones de la muerte dentro del sistema de
justicia de Honduras hoy en día.
5.
Que en vista de los abusos que documentamos, el gobierno de Estados
Unidos debe retirar todas sus fuerzas de seguridad incluyendo la DEA y contratistas
privados de Honduras, así como el cese de toda la asistencia y
entrenamiento militar y promoción de la re-militarización en
Centroamérica.
Tegucigalpa, Honduras
27 de Mayo del 2012
Judith Ancel, Kansas City, KS
Susan Cole, Lafayette, LA
Mary Dean, Chicago, IL
Jean Grahame, Farmington, IL
Alice Kitchen, Kansas City, MO
Greg McCain, Chicago, IL
Maria Robinson, ¿??, CA
Irene Rodriguez, Boulder, CO
Karen Spring, Toronto, ON
Melissa Stiehler, Kansas City, MO
John Walkey, Boston, MA