El general Romeo
Vásquez Velásquez, quien encabezó el golpe de Estado de 2009, oficializó el
domingo pasado su candidatura a la presidencia de Honduras a través de su
partido Alianza Patriótica.
Su carrera
militar no sólo está manchada por su antecedente golpista, sino también por su
vinculación a bandas de roba carros y otros delitos graves que lo mantuvieron
un tiempo en la cárcel.
A ello se suma
que durante su administración como gerente de HONDUTEL logró agravar la crisis
de esta empresa pública, produciendo pérdidas por 139.2 millones de lempiras y
reduciendo sus activos en 778.8 millones.
Y lo más grave
es su comprobado desprecio por la dignidad humana, al ser el máximo responsable
de la represión militar y policial que produjo graves violaciones a derechos
humanos, tales como, agresiones sexuales, asesinatos, torturas, desapariciones
forzadas, detenciones ilegales, desplazamientos forzados, entre otras,
consideradas crímenes de lesa humanidad por la Comisión de la Verdad y la
Reconciliación.
Por todo ello,
insistimos que el precedente golpista y criminal es suficiente para restringir
el derecho a ser votado, ya que la democracia no sólo implica un principio
incluyente que permite que cualquiera pueda gobernar, sino también un principio
excluyente que hace que se defienda de sus enemigos excluyéndolos del proceso
de selección.
Como lo hemos
señalado en otra ocasión, así como la democracia exige una serie de virtudes
republicanas para ser electo a un cargo público para asegurar el “gobierno de
los mejores”, censura los desméritos y aptitudes ciudadanas negativas para
evitar el “gobierno de los peores”.
El general
Vásquez Velásquez demostró que es enemigo de los valores democráticos al
ejecutar un golpe de Estado y ordenar la comisión de graves violaciones a
derechos humanos, por lo que es justo y necesario que la propia
democracia se defienda ante su candidatura y lo excluya, y prohíba su
participación electoral.
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