Esta semana, la Comisión Especial del Congreso Nacional integrada por
los diferentes partidos políticos, inició el proceso de audiencias públicas
para evaluar los perfiles de las personas que aspiran a la titularidad del
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos.
No puede negarse que la conformación de esta comisión especial, la
apertura para que las personas y organizaciones pudieran hacer propuestas de
candidaturas y el desarrollo de las audiencias públicas, son un avance
significativo en la transparencia y publicidad que debe regir todo proceso para
elegir a los más altos cargos del Estado.
Como lo señala la Coalición contra la Impunidad, este ejercicio
democrático puede convertirse en un mecanismo permanente para que los diputados
y diputadas, y la ciudadanía en general, puedan evaluar la capacidad
profesional de los y las candidatas, y elijan a una persona totalmente
independiente “tanto de las autoridades, de los partidos políticos, de los
credos religiosos y de cualquier otra circunstancia o aspecto, para que actúe
sin ninguna clase de discriminación ni por razón de etnia, color,
género u opción sexual, posición social o económica, opiniones filosóficas,
ideológicas o de otra índole”.
Haciendo eco de las demandas de la Coalición contra la Impunidad, exigimos
que “las audiencias públicas no se conviertan en un mecanismo para maquillar el
proceso y darle apariencia de transparencia y participación que no sean reales,
para lo cual deben establecerse claramente los aspectos a ser evaluados en las
mismas y los puntajes que correspondan a cada aspecto y luego los resultados
deben ser dados a conocer públicamente”.
A su vez, cuando “la Comisión Especial decida quiénes son las personas
que integrarán la nómina que se entregará al Congreso Nacional debe explicar
claramente las calificaciones y las razones por las cuales se eligieron a esas
personas”. Y finalmente, la elección en el congreso debe garantizar que se den
“explicaciones claras de las razones por las cuales se elija a la persona que
ocupará el cargo de Comisionado Nacional de los Derechos Humanos del 2014 al
2020”.
La ciudadanía debemos mantenernos alertas y vigilantes de este proceso,
pues sus resultados nos dirán si seguiremos con más de lo mismo del reparto
político o si se abre una pequeña ventana esperanzadora en el fortalecimiento
de las instituciones públicas.
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