martes, 2 de junio de 2020

Una autocracia llamada JOHonduras


La Unidad de Inteligencia del diario inglés The Economist publica cada año el índice de democracia, el cual es una clasificación mediante la cual se mide la fragilidad o fortaleza democrática de cada 165 países del mundo. 
 
El análisis se realiza en base a cinco pilares: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del Gobierno, participación política y cultura política, y dependiendo de sus resultados los países se clasifican en democracia completa, democracia débil, régimen híbrido y régimen autoritario. 
 
Honduras ha sido catalogada como un régimen híbrido y a un eslabón de ser totalmente autoritario, caracterizado por la falta de un poder judicial independiente, corrupción generalizada, acoso y presión sobre los medios de comunicación, bajos niveles de participación ciudadana y presión sobre la oposición política. 
 
Sumado a ello, el Índice Bertelsmann que mide los procesos de transformación hacia la democracia y que es el resultado de la colaboración de cerca de personas académicas de cerca de 300 países, señaló recientemente que Juan Orlando Hernández reconvirtió a Honduras en una autocracia. 
 
Es otras palabras, estamos bajo un régimen político en el que una sola persona gobierna sin someterse a ningún tipo de limitación, ya que cada vez son menos los pesos y contrapesos capaces de detener el poder de Hernández, quien goza de impunidad. 
 
Dicha impunidad no puede comprenderse sin considerar el hecho de que Hernández controla al Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, y al Congreso Nacional, que eligió a las altas magistraturas del poder judicial y reeligió al Fiscal General. 
 
¿Hay alguien que objetivamente crea que vivimos en democracia?
 

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