jueves, 28 de enero de 2010

La condena a Fujimori y el futuro de los golpistas hondureños

Para quienes creemos y luchamos por la democracia, la justicia y los derechos humanos el año nuevo nos trajo la buena noticia de que la Corte Suprema del Perú ratificó la condena a 25 años de prisión para el ex presidente Alberto Fujimori por la comisión de graves violaciones a los derechos humanos durante su mandato.

Fujimori fue juzgado como autor intelectual de las matanzas del barrio limeño de Barrios Altos y de la Universidad de La Cantuta donde resultaron muertas 15 y 10 personas, respectivamente. Estas masacres fueron ejecutadas por un comando paramilitar del ejército peruano en el marco de la guerra que el Gobierno había declarado contra el grupo rebelde Sendero Luminoso.

La Comisión de la Verdad que documentó el conflicto peruano constató que ninguna de las víctimas asesinadas tenía relación con la guerrilla, como presumían los organismos de seguridad del Estado, y con base a ello, la Corte Suprema del Perú determinó que los actos criminales realizados por Fujimori no constituyen delitos simples y comunes sino crímenes de lesa humanidad.

Los altos responsables del golpe de Estado en Honduras deberían verse reflejados en la condena a Fujimori pues al igual que él, los actos criminales que han cometido y siguen cometiendo contra el pueblo hondureño, son crímenes de lesa humanidad por los que tarde o temprano tendrán que responder, ya sea ante la Corte Penal Internacional o ante la justicia de alguno de los de más de 100 Estados en el mundo que reconocen la justicia universal.

Si Micheletti, Romeo Vásquez y demás responsables civiles, militares y policiales tuvieran algún sentido de responsabilidad para reflexionar sobre las implicaciones de la gravedad de sus actos, se darían cuenta que lo que les espera en un futuro no muy lejano es sentarse ante el banquillo de los acusados para responder por sus crímenes, tal y como ha sucedido y está sucediendo con los grandes criminales que ha habido en América Latina y el mundo.

Quizá hoy se sientan todopoderosos e intocables, así como se sintió Fujimori, pero la justicia relacionada con crímenes de lesa humanidad nunca se detiene ni con el paso del tiempo y pronto las víctimas de sus actos criminales podrán verlos juzgados por la justicia penal y por la historia.

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