martes, 28 de noviembre de 2017

Elecciones, entre certezas e incertidumbres

Las elecciones del domingo están dejando una nube peligrosa de certezas e incertidumbres en un país altamente polarizado.

Entre las certezas se encuentra la enorme irresponsabilidad del Tribunal Supremo Electoral al no brindar los resultados electorales en un tiempo prudente, tal como lo ha hecho en pasadas elecciones, a pesar de haber hecho alarde de contar con un sistema de conteo moderno y efectivo.

Este silencio institucional ha venido a aumentar la desconfianza ciudadana sobre el Tribunal, la cual, de acuerdo con el Sondeo de Opinión Pública del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, ya alcanzaba el 77.1% de la población a finales de 2016.

Entre las incertidumbres se encuentra hasta dónde el grupo político y económico liderado por Juan Orlando Hernández estará dispuesto a aceptar el rechazo de su proyecto continuista y extractivo, pues quienes están perdiendo políticamente con la tendencia actual es el sector más poderoso del país.

Este sector parasita alrededor de los proyectos mineros, hidroeléctricos, de peaje y de las zonas de empleo y desarrollo económico (ZEDE), y durante 8 años de gobierno del Partido Nacional han logrado acumular un enorme poder político y económico.

Está claro que la incertidumbre en la que nos mantiene el Tribunal Supremo Electoral y lo que representa, nos llama a la imperiosa necesidad de acometer profundas reformas políticas que permitan reconstruir nuestro sistema electoral y despolitizar dicha institución.

Y también nos exige estar atentos y atentas para no permitir que los resultados electorales sean maliciosamente modificados para evitar que en esta ocasión el voto popular sea una manifestación concreta de la soberanía sobre nuestro futuro.

martes, 21 de noviembre de 2017

La Honduras que va a elecciones

La Honduras que va a elecciones es un país de contrastes porque pese a ser un país muy rico en bienes naturales y culturales, según el Foro Social de Deuda Externa de Honduras (FOSDEH) casi el 70% de su población está bajo la línea de la pobreza.

La Honduras que va a elecciones es el país que no realiza investigaciones efectivas sobre las graves violaciones a derechos humanos y actos de corrupción, cuyos responsables disfrutan de absoluta impunidad, especialmente policías, militares y políticos.

La Honduras que va a elecciones es el país con altos niveles de violencia e inseguridad con un impacto particular en personas defensoras de derechos humanos, indígenas, mujeres, niñez y juventud, comunidad LGBT, migrantes, periodistas y operadores de justicia.

La Honduras que va a elecciones es el país donde según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Policía Nacional, la Policía Militar y el Ejército, en algunos casos en complicidad con el crimen organizado, son fuente de una parte de la violencia e inseguridad. 

La Honduras que va a elecciones es el país con una grave situación de inseguridad relacionada con la libertad de expresión, pues desde 2001 70 personas de este sector han sido asesinadas y el 91% de los casos se encuentra en impunidad.

La Honduras que va a elecciones es el país que en los últimos 10 años ha sido escenario del asesinato de 262 personas de la comunidad LGTBI, según el Observatorio de la organización “Cattrachas”, y de 650 femicidios entre 2016 y el primer semestre de 2017.

La Honduras que va a elecciones es el país per cápita más peligroso del mundo para quienes defienden los derechos humanos, de acuerdo con Global Witness, pues desde el año 2007 han sido asesinadas 127 personas defensoras.

La Honduras que va a elecciones es el país cuya situación de violencia generalizada ha conllevado a un incremento significativo de refugiados y el número de solicitantes de asilo en otros países, y el de una impunidad estructural en donde más del 90% de los crímenes quedan sin castigo.

La Honduras que va a elecciones es la del asesinato de Berta Cáceres por las redes de poder entre funcionarios del Estado, sectores empresariales, militares y policías, como lo señaló en su informe el Grupo Asesor Internacional de Personas Expertas (GAIPE).

La Honduras que va a elecciones es la de las instituciones democráticas absolutamente subordinadas al presidente Juan Orlando Hernández, la que huele a fraude electoral y a golpe de Estado con la imposición de su ilegal candidatura basada en la suplantación de la soberanía popular y en la violación del principio de alternabilidad en el ejercicio de la presidencia.

Esta es la Honduras que va a unas elecciones formales pero manchadas de pobreza, sangre, violencia, corrupción, muerte, impunidad, ilegalidad e ilegitimidad.

martes, 14 de noviembre de 2017

El macabro contexto electoral

Dentro de pocos días Honduras se aventura a unas elecciones caracterizadas por cuatro condiciones que ponen en duda el principio básico de la democracia representativa que requiere que sean elecciones libres y justas.

En primer lugar, la apariencia de todas las formalidades de la democracia participativa pero en la práctica la consolidación de un régimen autoritario, excluyente y bipolar, en el sentido de manejar un discurso favorable a los derechos humanos y los valores democráticos, pero con una práctica contraria a ellos.

En segundo lugar, el uso perverso del discurso de la violencia y la inseguridad para promover un profundo proceso de remilitarización de la sociedad y el Estado con graves consecuencias para la democracia y el Estado de derecho.

En tercer lugar, la persistencia de graves violaciones a derechos humanos y de altos niveles de impunidad y violencia, que impactan particularmente a quienes defienden estos derechos y que convierten a Honduras en el país per cápita más peligroso del mundo para las personas defensoras.

En cuarto lugar, un control absoluto de toda la institucionalidad democrática por parte del presidente Hernández, quien durante estos 8 años en el poder se ha encargado de establecer una red de favores y controles para garantizar sus planes continuistas a costa de nuestra frágil democracia.

Estas condiciones explican por qué la candidatura ilegal del señor Hernández sigue viento en popa, a pesar de estar basada en la suplantación de la soberanía popular y en la grave violación del principio constitucional que obliga a la alternabilidad en el ejercicio de la presidencia de la república.

Sin duda alguna, estas macabras condiciones y graves vicios ensombrecen el proceso electoral, y lo convierten en una herramienta para legitimar la consolidación de la “agridulce dictadura” que nació con el golpe de Estado de 2009 y que parece gozar de la bendición de la comunidad internacional.

martes, 7 de noviembre de 2017

Un premio más que merecido

En Honduras existe una grave situación de violencia e inseguridad relacionada con la libertad de expresión, lo cual convierte a periodistas, trabajadores y trabajadoras de los medios de comunicación en un sector particularmente vulnerable. 

De acuerdo con el CONADEH, entre 2001 y agosto de 2017, 70 personas de este sector han sido asesinadas y el 91% de los casos se encuentra en impunidad. Nuestro compañero Carlos Mejía se encuentra dentro de esa macabra lista que hace de Honduras el país más peligroso para ejercer el periodismo y la comunicación.

Los asesinatos de personas vinculadas a los medios de comunicación son la manifestación sangrienta de los diversos ataques a la libertad de expresión en el país. Frente a ello, en 2001 nace una coalición de periodistas y miembros de sociedad civil para promover esa libertad y el derecho a la información.

Esta coalición llamada Comité por la Libre Expresión (C-Libre) se ha convertido en un referente nacional e internacional a través de su trabajo de capacitación, asistencia legal, investigación y monitoreo de la situación de la libertad en Honduras, a la cual concibe como un derecho social que no es exclusivo de periodistas.

En reconocimiento de su enorme trabajo, en diciembre recibirá el VIII Premio Internacional Libertad de Prensa 2017 de la Universidad de Málaga, que propone la Cátedra UNESCO de Comunicación. Este premio “destaca la encomiable labor de la organización en la defensa de la libertad de prensa en Honduras y la seguridad de los periodistas en el país latinoamericano”.

Para su director, Edy Tábora, este reconocimiento les “alienta a continuar trabajando por una sociedad en la cual se respeten estas libertades públicas, tan importantes para la Democracia y el Estado de derecho”.

Desde el ERIC-SJ y Radio Progreso nos congratulamos por este merecido premio, no solo porque nos sentimos hermanados con C-LIBRE en el esfuerzo colectivo de construir una Honduras más justa y solidaria, sino también porque conocemos y valoramos su compromiso institucional y personal con los derechos humanos y los valores democráticos.