El general Julián Pacheco Tinoco, el todopoderoso hombre de la inteligencia militar en el país, el mismo que fue incapaz o no quiso utilizar esa inteligencia para investigar y desmantelar las estructuras criminales vinculadas al narcotráfico, amenaza a través de los medios de comunicación que su policía, la depurada, no va a permitir que continúen las protestas.
El general Pacheco Tinoco, el mismo que fue señalado por el jefe de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, y por el narcotraficante mexicano e informante de la DEA, Santos Peña, de coordinar la seguridad del paso de un cargamento de cocaína, muestra su soberbia e intolerancia frente a las justas demandas ciudadanas, contrariamente a su postura frente al narcotráfico.
El general Pacheco Tinoco, el mismo sobre quien Insight Crime descubrió que extrañamente cuando él era jefe de un batallón del ejército en Colón a inicios del 2000, Los Cachiros empezaron a ganar relevancia en el mundo criminal, ahora se pavonea valiente frente a una población desarmada que se manifiesta en defensa de su dignidad, pero se comporta como un cobarde frente a los grandes criminales del país.
El general Pacheco Tinoco, el mismo que se llena la boca hablando de paz y de respeto a la ley, fue una pieza clave en el golpe de Estado de 2009 cuyas consecuencias están más presentes que nunca y tienen a Honduras en un caos que quieren atribuir a quienes se manifiestan por la defensa de los derechos humanos y la democracia, ejerciendo su derecho constitucional a la protesta pacífica.
El general Pacheco Tinoco, el mismo que se vende como un militar honorable, tiene las manos manchadas de sangre por cada vez que ordenó y permitió que sus policías reprimieran brutalmente, torturaran y dispararan balas vivas contra una población indefensa que solo exige en las calles los derechos más básicos que le ha arrebatado esa criminalidad organizada que tiene secuestrado el Estado y que él protege.
El general Pacheco Tino, el mismo que amenaza a la población que debe proteger y protege a los criminales que debe perseguir, ya tiene reservado un lugar de honor en el basurero de la historia.
El general Pacheco Tinoco, el mismo que fue señalado por el jefe de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, y por el narcotraficante mexicano e informante de la DEA, Santos Peña, de coordinar la seguridad del paso de un cargamento de cocaína, muestra su soberbia e intolerancia frente a las justas demandas ciudadanas, contrariamente a su postura frente al narcotráfico.
El general Pacheco Tinoco, el mismo sobre quien Insight Crime descubrió que extrañamente cuando él era jefe de un batallón del ejército en Colón a inicios del 2000, Los Cachiros empezaron a ganar relevancia en el mundo criminal, ahora se pavonea valiente frente a una población desarmada que se manifiesta en defensa de su dignidad, pero se comporta como un cobarde frente a los grandes criminales del país.
El general Pacheco Tinoco, el mismo que se llena la boca hablando de paz y de respeto a la ley, fue una pieza clave en el golpe de Estado de 2009 cuyas consecuencias están más presentes que nunca y tienen a Honduras en un caos que quieren atribuir a quienes se manifiestan por la defensa de los derechos humanos y la democracia, ejerciendo su derecho constitucional a la protesta pacífica.
El general Pacheco Tinoco, el mismo que se vende como un militar honorable, tiene las manos manchadas de sangre por cada vez que ordenó y permitió que sus policías reprimieran brutalmente, torturaran y dispararan balas vivas contra una población indefensa que solo exige en las calles los derechos más básicos que le ha arrebatado esa criminalidad organizada que tiene secuestrado el Estado y que él protege.
El general Pacheco Tino, el mismo que amenaza a la población que debe proteger y protege a los criminales que debe perseguir, ya tiene reservado un lugar de honor en el basurero de la historia.
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