El pasado lunes 28 de octubre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos realizó
tres audiencias públicas sobre Honduras relativas a la independencia judicial,
el cumplimiento de medidas cautelares y megaproyectos y consulta previa.
En relación con la
independencia judicial, se denunció que en el país el poder judicial sigue
sometido a presiones políticas y que los jueces y juezas que intentar ser
independientes, imparciales y competentes son marginados y trasladados
arbitrariamente, y hasta despedidos y en algunos casos asesinados.
También se
denunció que la integración del recién creado Consejo de la Judicatura que
debería garantizar la imparcialidad, la independencia y la competencia de los
operadores judiciales, estuvo salpicada por una serie de actuaciones que lejos
de generar confianza en la ciudadanía, empañan la transparencia con que debería
integrarse un órgano de tanta importancia para la independencia judicial.
Co respecto al
cumplimiento de las medidas cautelares ordenadas por la Comisión
Interamericana, quedó establecido que el Estado hondureño no tiene la capacidad
ni la voluntad política para proteger efectivamente a las personas que se
encuentran en riesgo debido a su labor de defensores y defensoras de derechos
humanos.
Además, se
evidenció que el anteproyecto de ley para proteger a los defensores y
defensoras no ha sido suficientemente socializada y discutida con los sectores
sociales y omite algunas cuestiones importantes como la participación efectiva de
los propios beneficiarios.
Finalmente, en relación con los megaproyectos y consulta previa, se
denunció el agravamiento de la situación de las comunidades y defensores y
defensoras de derechos humanos en torno a conflictos territoriales y megaproyectos
de minería e hidroeléctricas sin consulta previa, lo cual se ha traducido en una escalada de amenazas, ataques violentos,
intimidaciones, asesinatos y criminalización.
Como siempre, el
Estado de Honduras quedó en entredicho ante la comunidad internacional y la
defensa de sus funcionarios ante la Comisión Interamericana sólo evidenció su
cinismo, su falta de ética y de preparación, y cuyos viajes y salarios son
pagados con los impuestos de todos y todas las hondureñas.
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