lunes, 2 de diciembre de 2013

¿No has restringido nuevamente nuestro derecho a la participación en elecciones auténticas?

Participar en elecciones genuinas, libres y mediante el voto secreto, es un derecho fundamental para la salvaguardia de todos los derechos humanos, dado que sólo un gobierno derivado de la legítima voluntad popular puede proporcionar la más sólida garantía de que los derechos humanos serán observados y protegidos.
En este sentido, la realización de las elecciones debe caracterizarse por su autenticidad, que implica la necesidad de que exista una correspondencia entre la voluntad de los electores y el resultado de la elección. En sentido negativo implica que no existan interferencias que distorsionen la voluntad popular.
Para determinar la autenticidad de un proceso electoral es necesario analizar las condiciones generales y específicas en que dicho proceso se desarrolla. Las primeras implican la ausencia de coerciones directas o de ventajas indebidas para uno u varios sectores, ausencia de ambiente de temor e inseguridad, ya sea por el uso de la violencia o la proscripción; las segundas, la ausencia de obstáculos para la emisión del voto.
Con base a lo anterior, las elecciones del 24 de noviembre tienen una serie de irregularidades que ponen en duda si se cumplieron las condiciones generales y específicas mencionadas, ya que, entre otras cosas, hubo un manejo inadecuado de las listas de votantes en las cuales se incluyó personas fallecidas y se excluyó a otras vivas, hubo compra de votos y de credenciales, hubo falta de representación de todos los partidos en las mesas y hubo un despliegue injustificado del ejército y de la Policía Militar como elemento coaccionador.
Es necesario que el Tribunal Supremo Electoral, la comunidad internacional y los demás actores políticos involucrados reflexionen sobre la urgente necesidad de disipar las dudas de fraude que sobrevuelan estas elecciones pues de lo contrario, seguiremos alimentando la ilegitimidad que jamás permitirá hacer de Honduras un verdadero Estado democrático de derecho.

No hay comentarios: