Una de
las demandas más claras, unánimes y contundentes del movimiento ciudadano de
los indignados e indignadas es la instalación de una Comisión Internacional
contra la Impunidad en Honduras (CICIH).
La
necesidad de una CICIH refleja claramente la desconfianza ciudadana en la
institucionalidad, ya que según el más reciente sondeo de opinión pública del
ERIC-SJ, 7 de cada 10 hondureños y hondureñas no confía en tres operadores
clave en la lucha contra la corrupción y la impunidad: la Policía Nacional, el
Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia.
Por ello,
una CICIH debe tener una naturaleza de fiscal internacional que investigue y
participe en procesos criminales de casos de alto impacto, haga propuestas de
reformas legales e institucionales y trabaje de cerca con miembros selectos del
Ministerio Público y de la Policía Nacional para fortalecer sus capacidades en
investigaciones criminales y procesos judiciales.
Debe
estar totalmente financiada con aportes de Estados miembros de la Organización
de las Naciones Unidas (ONU), limitando al Estado hondureño una contribución
simbólica consistente en facilitar el local para sus oficinas, ya que esta
independencia financiera le posibilitará actuar conjugando un margen importante
de autonomía local con el peso de la ONU.
La CICIH
debe tener la facultad legal para acceder, recabar, evaluar y sistematizar
información suministrada por cualquier persona, entidad oficial o privada, ONG,
organismos internacionales y autoridades de otros Estados, y solicitar a
cualquier funcionario civil y militar toda declaración, documento, informes o
colaboración, quienes estarán obligados a proporcionar lo requerido.
A su vez,
la CICIH puede seleccionar y supervisar a un equipo técnico de investigación
integrado por profesionales nacionales y extranjeros de probada competencia e
integridad moral, moverse libremente por todo el territorio nacional, así como
acceder sin restricción alguna a todos los lugares, establecimientos e
instalaciones del Estado, tanto civiles como militares.
Ante los
altos grados de corrupción e impunidad, Honduras necesita urgentemente una
CICIH que tenga plenos poderes para investigar casos de alto impacto y con
capacidad de análisis estratégico y criminal, que le permita ser un acusador
independiente del Ministerio Público y a su vez un asesor técnico de éste
cuando sea necesario.
Si el presidente Hernández no tiene nada que temer y tiene intención de luchar contra la corrupción y la impunidad, la instalación de la CICIH es la mejor forma de convencer a la ciudadanía indignada que está dispuesto a llevar hasta las últimas consecuencias su eslogan "caiga quien caiga".
No hay comentarios:
Publicar un comentario