miércoles, 25 de julio de 2012

Decálogo del caudillo democrático

Mar 13/04/2010 - 15:45 

Por: 
 Jorge Volpi (Voltairenet.org)
1.- Utilizar la palabra 'Democracia' en toda ocasión, cada vez que sea posible, machaconamente, sin importarle las medidas que adopte.

2.- Utilizar la palabra 'Cambio' en toda ocasión, cada vez que sea posible, machaconamente, sin importar las medidas que adopte.

3.- Acusar a todos los adversarios como “antidemocráticos”.

4.- Presentarse como una persona normal, capaz de entender los problemas de la gente, nunca como un político profesional (por más que haya pasado los últimos veinte años en la política) y emplear siempre un lenguaje coloquial (de preferencia trufado con palabras altisonantes, frases populares y dobles sentidos).

5.- Vituperar una y otra vez la política y a los políticos y denunciar con violencia las prácticas corruptas del antiguo régimen (aunque se haya formado parte de él).

6.- Hablar despectivamente de “lo que se decide” en México, o en Lima, o en La Paz, o en Buenos Aires, o en Bogotá, o en Washington, o en cualquier otra capital.

7.- Arremeter contra los privilegios de los ricos (aunque en secreto se pacte con ellos), defender la soberanía en contra de los espurios intereses extranjeros (mientras se hacen negocios con toda clase de empresas transnacionales); y señalar, de vez en cuando, algún intento golpista diseñado para detener el cambio.

8.- Presentarse como la única persona en el universo capaz de combatir el crimen y acabar con la impunidad (pese a pactar en secreto con distintos grupos criminales o proteger a sus subordinados aunque conozca sus actos delictivos).

9.- Mandar al diablo a las instituciones y señalar su complicidad con los enemigos de la democracia.

10.- Prometer un nuevo orden legal que por fin recogerá la voluntad democrática de la nación (aunque en realidad sólo busca acrecentar el propio poder) y de preferencia exigir la aprobación de un nuevo texto constitucional.

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