lunes, 29 de septiembre de 2014

¿Hay jueces en Berlín?

Cuenta la leyenda que cuando Federico el Grande, rey de Prusia, construyó su palacio, había a un costado de sus magníficos jardines un viejo molino de madera, ruidoso y sucio.
A Federico II le pareció que este molino afeaba su nueva residencia de verano y ordenó su derribo. El dueño del molino, un hombre humilde y sencillo, se opuso a la decisión del rey y llevó el caso ante la justicia, al tiempo que le decía al rey: “Señor, todavía hay jueces en Berlín”.
Y cuando los jueces fallaron a favor del molinero, el mismo monarca, respetuoso de la justicia, celebró que hasta él mismo tuviera que acatar la decisión de los jueces de la capital de Prusia.
La semana pasada, el Juzgado de Letras Penal de Comayagüela denegó la petición de la defensa del comisionado de Policía, Elder Madrid Guerra, de aplicarle el decreto de Amnistía aprobado después del golpe de Estado. Madrid tenía bajo su mando a elementos del comando Cobras que detuvieron y torturaron a 24 personas el 12 de agosto de 2009.
Pese a que este decreto ha sido cuestionado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos debido a su ambigüedad que facilita la obstrucción del esclarecimiento, enjuiciamiento y sanción de los responsables intelectuales y materiales de las violaciones a derechos humanos, en otros casos el poder judicial lo ha aplicado indebidamente para absolver a policías y militares.
Por ello es que se debe reconocer el esfuerzo del área legal del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, que ha representado a las víctimas, pese a los obstáculos que se enfrentan para luchar contra la impunidad, ya que el comisionado Madrid, en vez de ser separado como lo establece la ley, ha sido ascendido a jefe de Inteligencia y director estratégico de la Secretaría de Seguridad.
¿Por este caso específico podríamos comenzar a preguntarnos con esperanza si “todavía hay jueces en Berlín” que impidan la aplicación de amnistías e indultos a violadores de derechos humanos?
La historia reciente nos ha mostrado que aún hay jueces y juezas dispuestas a sacrificar su integridad y estabilidad en nombre de la justicia: Mireya Mendoza, Luis Chévez, Tirza Flores, Adan Guillermo López Lone y Ramón Barrios, entre otros, son ejemplos claros de que es posible decir que “todavía hay jueces y juezas en Honduras”.

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