En los últimos días se han cometido varios actos violentos en contra de personas miembros de la resistencia que ratifican que el gobierno de Pepe Lobo es una continuidad del golpe de Estado y su violencia.
El miércoles 10 de febrero algunos miembros de la familia Martínez fueron secuestrados en la colonia Ciudad Planeta de San Pedro Sula para luego ser liberados el viernes después de haber sido torturados y dos de las tres mujeres retenidas, violadas.
El jueves 11 de febrero, Porfirio Ponce, miembro del Sindicato de Trabajadores de la Industria de Bebidas y Similares, STIBYS sufrió un allanamiento en su casa en Tegucigalpa por parte de sujetos que se identificaron como policías, quienes destruyeron parte de sus pertenencias, le robaron una computadora con información de sus actividades sindicales y dejaron manchas de sangre en su cama y en las paredes.
El viernes 12 de febrero, Hermes Reyes, artista en resistencia y miembro del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia, fue interceptado, forzado a subir a un carro y luego golpeado por tres sujetos que lo interrogaron y lo amenazaron.
El día lunes 15 de febrero, Julio Fúnez Benítez, miembro del Sindicato de Trabajadores del Servicio y Acueductos y Alcantarillados, SITRASANAA, fue asesinado en Comayagüela por unos sujetos que se conducían en un taxi.
Todos estos crímenes se suman al asesinato de Vanessa Yaneth Zepeda Alonzo, miembro del sindicato de Trabajadores del Seguro Social (SITRAISH) y a la desaparición temporal y tortura de los camarógrafos Manuel de Jesús Murillo y Ricardo Antonio Rodríguez de Globo TV y Noticiero Mi Nación.
Mientras la muerte y la violencia siguen golpeando al pueblo hondureño, el gobierno de Lobo organiza una comisión de la verdad que desde ya parece destinada al fracaso, pues son los propios agresores y violadores de los derechos humanos quienes controlan las instituciones claves del Estado para garantizar la impunidad de los criminales.
Pero Pepe Lobo y los organizadores de estos crímenes no quieren entender que la justicia penal internacional está fuera de su control y que terminarán siendo juzgados al igual que un buen número de dictadores latinoamericanos que un día se creyeron intocables.
1 comentario:
Se nota a gritos que ya no vives en Honduras. Los que seguimos viviendo aqui opinamos muy diferente a ti.
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