De acuerdo con el Observatorio de la
Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, hasta el 30 de mayo
de este año se registraron 2973 homicidios, de los cuales el 90% fueron
cometidos con arma de fuego.
Con estos datos, el promedio de asesinatos
en el país es de 595 mensuales, lo cual implica que cada día mueren
violentamente 20 personas; en otras palabras, cada hora y veinte
minutos una persona es asesinada. Cortés y Francisco Morazán son los departamentos
más violentos con 904 y 725 homicidios, respectivamente.
Y como es de esperarse, uno de los sectores
más golpeados por esta violencia son las mujeres, debido a que se registra la
muerte violenta de una mujer o un femicidio cada 14 horas.
Pese a la contundencia de los datos
aportados por el Observatorio, el presidente Lobo y el jefe de la Policía
Nacional, Juan Carlos Bonilla, se empecinan en su discurso que la violencia ha
disminuido.
Lobo Sosa incluso se ha atrevido a señalar
que durante 9 días no se ha reportado ningún homicidio; mientras que el “Tigre”
Bonilla rechaza que en el país mueran violentamente 20 personas diarias, pero
ninguno de los dos aporta pruebas concretas como sí lo hace el Observatorio de
la universidad para sustentar científicamente sus informaciones.
Lo que está claro es que ante el total
fracaso de las medidas adoptadas por las autoridades civiles y policiales
frente al fenómeno de la violencia, ahora mejor han optado por la negación,
mientras en las calles diariamente mueren decenas de personas que engrosan unas
estadísticas que nos enlutan y nos convierten en una sociedad fallida.
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