La violencia en Honduras tiene serias implicaciones para
la normalidad de la vida de la gente, particularmente para sectores
vulnerabilizados como las mujeres y las niñas. Solo
en el periodo del 2004 al 2015 se contabilizaron 58,948 homicidios, lo que
refleja un promedio anual de 4,912 casos, una media mensual de 409 víctimas y
un promedio diario de 14 homicidios.
Con el incremento del crimen
organizado y el tráfico de drogas, más la deficiente respuesta judicial que
conlleva a la impunidad y a la corrupción, la violencia tiene un impacto
particular en mujeres y niñas.
Así, en el año 2013 fueron asesinadas 636 mujeres, lo que representa
un aumento de 263.4% de femicidios con
respecto a 2005, cuya tasa por cada 100 mil habitantes era de 2.7 y en
2013 pasó a 14.6. En el 2014, 526 mujeres fueron asesinadas y en el 2015, 471, es decir, actualmente
cada 16 horas es asesinada una mujer en el país.
Por otro lado, es preocupante el aumento de denuncias de desapariciones
de mujeres y niñas, ya que para el año 2008 se reportaron 91 mujeres
desaparecidas y para el 2013 se reportaron 347, a lo que se suman 155 denuncias por delitos que implican
desapariciones como privación injusta de la libertad, secuestro y tráfico de
personas.
Y en lo que respecta a delitos
sexuales, de los 3,017 denunciados en el 2015, las mujeres representan el 86.6
por ciento de las víctimas, es decir, 2,612.
A esto se suma que dentro de las razones
para ser considerado “enemigo” o “traidor” en la lógica de las maras o redes de
narcotráfico figuran, entre otras, la “resistencia”, entendida como el rechazo
de las mujeres jóvenes a las atenciones o propuestas de los mareros o de los
narcotraficantes.
La
“resistencia” puede implicar una sentencia de muerte u otras violaciones graves
a los derechos humanos, por lo que el desplazamiento forzado resulta una
estrategia de sobrevivencia.
En este
sentido, el aumento de la presencia del crimen organizado y sus distintas
manifestaciones delictivas, “está llevando a que cada vez más personas se vean
forzadas a dejar su lugar de residencia habitual para proteger su vida,
libertad, integridad y seguridad física”. Se calcula que el 51% de la población
desplazada internamente son mujeres.
En palabras de la Relatora Especial de
las Naciones Unidas sobre Violencia contra las Mujeres tras una visita a
Honduras, “la violencia contra las mujeres está propagada, es sistemática y su
impacto se manifiesta de diversas formas en las mujeres y las niñas”.
Si esta situación no es un infierno
para las mujeres y las niñas, que el gobierno nos explique qué es.
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