La libertad de expresión en todas sus formas y manifestaciones, es un derecho fundamental e inalienable, inherente a todas las personas y constituye una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática, pues es indispensable para la formación de la opinión pública.
Como lo ha señalado la Corte Interamericana de Derechos Humanos, los medios de comunicación son los vehículos que materializan el ejercicio de la libertad de expresión y para ello es imprescindible que, entre otras cosas, se garantice la pluralidad de medios y la prohibición de todo monopolio respecto a ellos.
En este sentido, el Estado debe garantizar el derecho de todas las personas de contar con igualdad de oportunidades para recibir, buscar e impartir información por cualquier medio de comunicación sin discriminación por ningún motivo.
En otras palabras, el rol del Estado a través de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) es fomentar la pluralidad de voces y evitar los monopolios u oligopolios en los medios de comunicación, ya que representan un serio obstáculo a la democratización del país.
La historia reciente de Honduras nos ha mostrado que los medios de comunicación tradicionales solo difunden ideas y opiniones afines a los intereses de los grupos de poder político, económico y religioso, ejerciendo de este modo un control antidemocrático sobre la información que recibe el resto de la población.
Por ello es fundamental que el Estado facilite las condiciones necesarias para que los medios de comunicación alternativos o comunitarios puedan ejercer su labor en forma independiente y sin presiones, e incluir en la agenda nacional contenidos que atiendan las necesidades y reivindicaciones de los sectores marginados.
La amenaza por parte de CONATEL de cerrar la radio comunitaria Waruguma, localizada en la ciudad de Trujillo y a la que acusa de “rebelde”, viola abiertamente las obligaciones constitucionales e internacionales del Estado de garantizar que dicho medio alternativo pueda realizar su labor en forma independiente y sin presiones.
Desde el ERIC-SJ y Radio Progreso nos solidarizamos con Radio Waruguma y le recordamos a CONATEL que a la luz del principio 13 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión, acciones como la señalada que puede redundar en el silenciamiento de dicha radio, es incompatible con la esencia de los valores democráticos.
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