La realidad hondureña es tan grave que la sociedad parece haber sucumbido a la aceptación y normalización de las diversas violencias que día a día nos limitan, reprimen y condicionan. Sin embargo, desde el ERIC y Radio Progreso nos negamos a aceptar dicha normalidad.
Porque no es normal que según el Foro Social de la Deuda Externa el 65 por ciento de hondureños y hondureñas vivan en pobreza, es decir, 5 millones 700 mil personas, de los cuales 3 millones 700 mil están en situación precaria sobreviviendo con menos de dos dólares al día y 2 millones sin acceso total a la canasta básica.
No es normal que de acuerdo con Casa Alianza solo en el gobierno de Juan Orlando Hernández se han registrado más 2,780 muertes violentas y/o ejecuciones arbitrarias de niñas, niños y jóvenes menores de 23 años.
No es normal que según el Observatorio de la Violencia en los últimos años más de 4,700 mujeres han sido asesinadas y solo en el 2017 se ha llegado a la escandalosa cifra de 140 mujeres asesinadas, es decir, 1 mujer asesinada cada 14 horas.
No es normal que de acuerdo con Global Witness desde 2010 han sido asesinadas más de 120 personas que se opusieron a las represas, las minas, la tala o la agricultura en sus tierras, y muchas otras han sido amenazadas, atacadas o encarceladas.
No es normal que según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos parte de la violencia e inseguridad proviene del mismo cuerpo policial, de la policía militar y del ejército a través del uso ilegítimo de la fuerza, en algunos casos en complicidad con el crimen organizado.
No es normal que de acuerdo al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados el número de personas que huyen de la violencia ha ido en constante aumento y en los últimos años se han identificado a 174,000 personas desplazadas en 20 municipios urbanos del país.
No es normal que en 8 años se hayan dado tres rompimientos del orden constitucional, el primero en junio de 2009 contra el presidente del ejecutivo, el segundo en 2012 contra la Sala de lo Constitucional con la destitución ilegal de 4 de sus miembros y el tercero en 2016 contra el pueblo hondureño con la ilegalidad e ilegitimidad de la reelección.
No es normal que los responsables de las graves violaciones a derechos humanos cometidas en los años 80 con la implementación de la doctrina de seguridad nacional y durante el golpe de Estado de 2009, no hayan sido castigados y se mantengan en total impunidad.
Porque nos negamos a que todo esto sea normal, hacemos un llamado a rebelamos ante este sentimiento de resignación y convocamos a otros y a otras a gritar con la fuerza transformadora de la organización y la colectividad: ¡Basta ya porque no es normal!
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