En el marco de las Naciones Unidas existen diferentes mecanismos para promover y proteger los derechos humanos en el mundo. Entre esos mecanismos se encuentran las relatorías especiales, que son asumidas por una persona nombrada por el Consejo de Derechos Humanos.
Entre las actividades que desarrollan estas relatorías se encuentran realizar visitas a los países, enviar comunicaciones a los Estados cuando reciben denuncias de violaciones a derechos humanos y realizar actividades académicas y de promoción de los derechos humanos.
En este contexto, del 30 de abril al 12 de mayo recibimos la visita del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la Situación de los Defensores y Defensoras de Derechos Humanos, Michel Forst, quien, motivado por la grave situación de derechos humanos, vino a comprobar si las personas defensoras de derechos humanos se sienten seguras y empoderadas.
Lo que encontró el señor Forst fue una violencia extrema en todo el país debido al uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad, la policía militar y el ejército, lo que causó la muerte de manifestantes y transeúntes, así como detenciones y encarcelamientos masivos.
El Relator se sintió conmovido por el testimonio e historias de familiares de personas desaparecidas, así como de personas defensoras que han sido arrestadas arbitrariamente y maltratadas por la policía o el ejército, líderes comunitarios e indígenas privados de sus tierras, y sus cultivos y cosechas destruidas y robadas.
Al final de su visita, el señor Forst concluyó que la gran mayoría de personas defensoras de derechos humanos no pueden trabajar en un entorno seguro y propicio, ya que se encuentran en peligro y no se sienten seguras debido a los numerosos ataques y amenazas, la criminalización de sus actividades y la falta de acceso a la justicia.
También concluyó que las personas defensoras enfrentan campañas de difamación y estigmatización por parte de altos funcionarios del Estado, quienes les tachan de antinacionales, criminales o traidoras, y que son amenazadas, llevadas a los tribunales acusadas de cargos políticos o inventados.
Señora Ministra de Derechos Humanos, Karla Cueva, ¿no le parece esto suficiente para ser consciente de que su ministerio solo representa la sonrisa hipócrita de la dictadura y que el mejor aporte que le puede hacer a la defensa de los derechos humanos es renunciar a su cargo por dignidad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario