La Comisión Multinacional, conformada por expertos nacionales e
internacionales a iniciativa de la Alianza por la Paz y la Justicia para darle
seguimiento al proceso de reforma al
sector justicia y seguridad, realizó su tercera visita del 16 al 20 de septiembre,
durante la cual sostuvo reuniones con altas autoridades del Estado, operadores
de justicia, sociedad civil, partidos políticos y la cooperación internacional.
Uno de los hallazgos durante esta visita es que la reforma al sistema
de seguridad sigue siendo errática, lenta y contradictoria, que no hay acciones
efectivas para poner un alto a las redes criminales que actúan con total
impunidad, debido a que la clase política hondureña ha supeditado las reformas
serias y coordinadas a sus intereses electorales inmediatos.
En este sentido, la Comisión encuentra preocupante la creación de
estructuras de vigilancia y controles discrecionales, y de la Policía Militar
de Orden Público pues la experiencia en otros países ha evidenciado que el
involucramiento de militares en tareas de seguridad ciudadana crea más
problemas de los que resuelve y desvía los recursos limitados que deberían
fortalecer el proceso de depuración y reforma de la Policía Nacional, la
Dirección General de Investigación Criminal, el Poder Judicial y el Ministerio
Público.
A su vez, la Comisión reconoce la falta de legitimidad del proceso por
el que fueron electos el nuevo fiscal general y su adjunto, así como la
cuestionada integración del Consejo de la Judicatura, con lo cual se evidencia
una vez más el reparto partidista de estas instituciones que siguen
secuestradas por intereses políticos que desnaturalizan su función.
Pese a este panorama, la Comisión Multinacional reconoce que “Honduras posee
invaluables reservas morales en su sociedad y en el Estado, compuestas por
ciudadanos y operadores de seguridad y justicia comprometidos hasta el límite
con su país, el bienestar, la libertad y seguridad de sus habitantes, y que no
claudican ni en las condiciones más adversas. Son ellos quienes mantienen vivas
las esperanzas de recuperar la paz social”.
Haciendo nuestras
las palabras de la Comisión, “para provocar el vuelco de las condiciones
actuales que Honduras atraviesa, es indispensable un mayor involucramiento y
participación de la sociedad, y una actitud más madura y responsable de las
elites, especialmente de las elites políticas”.
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